HORNACHUELOS - MANUEL MOLINA RUIZ y su relato "YA QUEDA MENOS"
EN ESTE RELATO EL POETA LOCAL HACE UNA REFLEXION DURA SOBRE LA CONSTRUCCION DE LA INACABABLE RESIDENCIA DE LA TERCERA EDAD.
JUZGUEN Y LEAN.
YA QUEDA MENOS por MANUEL MOLINA RUIZ
Todo quedó parado, los pensamientos del abuelo se quedaron bloqueados, no sé como él, pudo aguantar aquel rumor, sus ojos derramaban lágrimas, no podía con la impresión que sufrió al enterarse que estaba próxima la inauguración de la residencia para mayores de día, son unas ocho camas, algo era algo, para empezar no estaba mal, era todo un sinfín de cosas, el buen hombre con su emoción no paraba de andar, y su semblante pasaba de lágrimas a sonrisas, todo conducía a unas informaciones salidas de no sé dónde.
El Tío Paco, con su sonrisa bonachona se acercó al abuelo, poniéndole una mano en el hombro le dijo: ¿abuelo?, yo no soy pesimista, aunque creo cuanto a usted le ha dicho, pero yo soy hombre de experiencia y he visto muchas cosas, unas creíbles y otras no, al final todo falso; yo créame estoy cansado, desilusionado, en cuanto veo no creo lo que me digan este o aquel, que no le den más rodeos al caso, de que me sirve que pongan planos en el hogar del pensionista, con más o menos apuntes; lo que hace falta es que metan mano de una vez y que los pensionistas de este pueblo dejen de marchar a otras residencias; hace unos días se enterró a una señora que murió en la residencia de las Navas, esto es ya casi de vergüenza.
El Tío Paco, quedó un poco pensativo y dijo de nuevo: yo creo, que debemos creer sólo lo que veamos, que ya estamos cansados, recansados, de tantas promesas, no cree usted, que esto que yo le digo es un cuento, es una verdad como un templo, cuando yo le digo a usted que no echemos las campanas al vuelo, cuando lo veamos diremos, es verdad.
El abuelo, sacó un cigarrillo y de forma placentera y algo cansado, se sentó en una silla y espontáneamente dijo: ¡ Sí señor !, lleva usted razón, lo creeremos cuando lo veamos.
Escribo todo esto, en forma de historieta pero es la pura verdad, se están muriendo nuestros mayores en otras residencias de fuera, hay que luchar, pero luchar de verdad, que nuestros votados reúnan al colectivo de pensionistas y les digan claro y entendible cuánto se tiene sobre lo que se escribe, hasta cuando, tendremos que esperar los jubilados, algunos dirán que no les importa, pero creo que a todos nos interesa.
Todavía está vivo el abuelo y el Tío Paco, aún están vivos, no dejarán de seguir con sus jacareos y sus temas, seguirán siendo los mismos, no dejarán de poner sus notas de gracia y tristezas, año tras año.
Sentados el abuelo y el tío Paco en el salón del Hogar del Pensionista, fumando un cigarrillo, le dijo uno al otro:
- Mira, ahí llega Don Ramón.
Este llegó a su altura y le dijo:
- Hombre ya tenía yo ganas de conocer a vosotros; allí en Cataluña
También leemos la revista del pueblo, y ya es famoso el Tío Paco.
Con sonrisa socarrona, este le dijo a Don Ramón:
- Aquí se va tirando como se puede, lo que pasa es que ni porque
Uno escribe algo duro consigue lo que a todos nos hace falta, LA RESIDENCIA, no hay quien eche una mano; aún recuerdo cuando se fue a poner la primera piedra, pocos minutos antes de la hora fijada, llegó un télex prohibiendo dicha inauguración, todos sospechamos el porqué, pero nada se dijo, nuestro alcalde juró y perjuró que se pondría la primera piedra y claro que se puso, se pusieron muchas más; eso es cierto, Tío Paco, eso pasó aquí. Sí señor Ramón eso pasó aquí, dijo el Tío Paco con mucha amargura.
Todos tenemos mayores y a todos nos hará falta ese centro.
La charla fue siguiendo su curso normal, en este momento llegó uno de los aspirantes al cargo de mandamás; los abueletes todos se fueron, no quisieron escuchar lo ya olvidado.
Que embustera es la vida, no la vida sino las palabras de los hombres; has lo que yo diga y no hagas lo que yo estoy haciendo.
MORALEJA : El que no te conozca que te crea.
MANUEL MOLINA RUIZ
JUZGUEN Y LEAN.
YA QUEDA MENOS por MANUEL MOLINA RUIZ
Todo quedó parado, los pensamientos del abuelo se quedaron bloqueados, no sé como él, pudo aguantar aquel rumor, sus ojos derramaban lágrimas, no podía con la impresión que sufrió al enterarse que estaba próxima la inauguración de la residencia para mayores de día, son unas ocho camas, algo era algo, para empezar no estaba mal, era todo un sinfín de cosas, el buen hombre con su emoción no paraba de andar, y su semblante pasaba de lágrimas a sonrisas, todo conducía a unas informaciones salidas de no sé dónde.
El Tío Paco, con su sonrisa bonachona se acercó al abuelo, poniéndole una mano en el hombro le dijo: ¿abuelo?, yo no soy pesimista, aunque creo cuanto a usted le ha dicho, pero yo soy hombre de experiencia y he visto muchas cosas, unas creíbles y otras no, al final todo falso; yo créame estoy cansado, desilusionado, en cuanto veo no creo lo que me digan este o aquel, que no le den más rodeos al caso, de que me sirve que pongan planos en el hogar del pensionista, con más o menos apuntes; lo que hace falta es que metan mano de una vez y que los pensionistas de este pueblo dejen de marchar a otras residencias; hace unos días se enterró a una señora que murió en la residencia de las Navas, esto es ya casi de vergüenza.
El Tío Paco, quedó un poco pensativo y dijo de nuevo: yo creo, que debemos creer sólo lo que veamos, que ya estamos cansados, recansados, de tantas promesas, no cree usted, que esto que yo le digo es un cuento, es una verdad como un templo, cuando yo le digo a usted que no echemos las campanas al vuelo, cuando lo veamos diremos, es verdad.
El abuelo, sacó un cigarrillo y de forma placentera y algo cansado, se sentó en una silla y espontáneamente dijo: ¡ Sí señor !, lleva usted razón, lo creeremos cuando lo veamos.
Escribo todo esto, en forma de historieta pero es la pura verdad, se están muriendo nuestros mayores en otras residencias de fuera, hay que luchar, pero luchar de verdad, que nuestros votados reúnan al colectivo de pensionistas y les digan claro y entendible cuánto se tiene sobre lo que se escribe, hasta cuando, tendremos que esperar los jubilados, algunos dirán que no les importa, pero creo que a todos nos interesa.
Todavía está vivo el abuelo y el Tío Paco, aún están vivos, no dejarán de seguir con sus jacareos y sus temas, seguirán siendo los mismos, no dejarán de poner sus notas de gracia y tristezas, año tras año.
Sentados el abuelo y el tío Paco en el salón del Hogar del Pensionista, fumando un cigarrillo, le dijo uno al otro:
- Mira, ahí llega Don Ramón.
Este llegó a su altura y le dijo:
- Hombre ya tenía yo ganas de conocer a vosotros; allí en Cataluña
También leemos la revista del pueblo, y ya es famoso el Tío Paco.
Con sonrisa socarrona, este le dijo a Don Ramón:
- Aquí se va tirando como se puede, lo que pasa es que ni porque
Uno escribe algo duro consigue lo que a todos nos hace falta, LA RESIDENCIA, no hay quien eche una mano; aún recuerdo cuando se fue a poner la primera piedra, pocos minutos antes de la hora fijada, llegó un télex prohibiendo dicha inauguración, todos sospechamos el porqué, pero nada se dijo, nuestro alcalde juró y perjuró que se pondría la primera piedra y claro que se puso, se pusieron muchas más; eso es cierto, Tío Paco, eso pasó aquí. Sí señor Ramón eso pasó aquí, dijo el Tío Paco con mucha amargura.
Todos tenemos mayores y a todos nos hará falta ese centro.
La charla fue siguiendo su curso normal, en este momento llegó uno de los aspirantes al cargo de mandamás; los abueletes todos se fueron, no quisieron escuchar lo ya olvidado.
Que embustera es la vida, no la vida sino las palabras de los hombres; has lo que yo diga y no hagas lo que yo estoy haciendo.
MORALEJA : El que no te conozca que te crea.
MANUEL MOLINA RUIZ
Comentarios
Este año, como desde hace veinte, habrán prometido la inauguración de la Residencia en la cena de san Abundio. Ya han pasado tres alcaldes. Y nada.
Isidro Payán murió en Almodovar.
¡Vergüenza!
Un saludo