LA TIERRA LA TIENE EL CORAZÓN La tierra, la tierra tiene el corazón; sí, la tierra tiene la fe sembrada y, luego, pare la luz..., la lluvia. La tierra, la tierra tiene mi esperanza arándose, hijo, la tierra tiene la vida a deseo abierto hasta no límites y montes, hijo; la tierra tiene la paz y el aroma limpio que la dignifica, la tierra, la tierra tiene la libertad y la voz honradísima que la busca. La tierra – fondo de todo – se entrega, hijo mío, cuídame y amásame los sueños, acostúmbrame a los mares secretos, a los tantos caminos y a los abrazos a cuestas, hijo mío. Sí, la tierra está siempre, la tierra ve con la piedra y el espino y con la gavilla, la tierra... ve los almendros y las viejas retamas, la tierra ve la gran sombra de la encina y todo, hijo mío. ¡No la mates!