EL CONSEJO DE SEGURIDAD NUCLEAR CIERRA TEMPORALMENTE UNO DE LAS CELDAS DEL CABRIL

 

EL CONSEJO DE SEGURIDAD NUCLEAR CIERRA TEMPORALMENTE UNA CELDA DEL CABRIL 

EL CSN prohibe a ENRESA el uso de parte del almacenamiento de El Cabril para residuos de muy baja actividad por intrusión de agua, posiblemente de acuífero. El Movimiento Ibérico antinuclear (MIA) considera que es una consecuencia de la inadecuada localización del almacén de residuos radiactivos.

El almacén de residuos de muy baja actividad (RBBA) denominado Celda 29, viene teniendo problemas de excesiva acumulación de agua en los depósitos de agua de lixiviados desde, al menos,  diciembre de 2017.  Esto se atribuyó inicialmente a  la entrada de agua de lluvia en la estructura de la celda durante los trabajos de cierre de la sección 1 y acondicionamiento de la sección 2.   Pero el problema persiste,  se han recogido 300 litros en junio, 296 litros en julio, y 285 litros en agosto de 2019, periodo sin precipitaciones significativas. 

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha decidido, en el pleno del pasado 22 de julio, que no puede prolongarse esta situación.  ENRESA, titular de la instalación, no podrá reanudar  la explotación de la celda 29  hasta que se garantice que puede  cumplir la función prevista y su comportamiento se ajuste a lo especificado en las bases de diseño, tanto durante su periodo de entrada de residuos como a largo plazo, cuando se haya sellado.    En dos meses tendrá que presentar al CSN un plan integral de actuaciones para determinar con claridad si el origen del agua recogida procede principalmente de la lluvia, o podría tener otros orígenes, por ejemplo, aguas subterráneas, a través del subdrén de la Sección I de la celda 29.  

Además, deberá realizar análisis isotópicos de los residuos que han sido depositados en la Sección I de la celda 29, y estudiar su posible afectación por la presencia de agua y la posible variación de las condiciones de almacenamiento respecto a lo autorizado.  La acción erosionadora y dispersora del agua es uno de los problemas más graves del almacenamiento de residuos radiactivos.

La celda 29 es una instalación con capacidad para almacenar 33.000 metros cúbicos de residuos de muy baja actividad. Procedentes fundamentalmente (el 76% ) de la operación y el desmantelamiento de centrales nucleares, de la fábrica de elementos combustibles de Enusa (Salamanca) y del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) en Madrid; el restante 24%  tiene su origen en hospitales, industrias y centros de investigación y en los procesos de acondicionamiento de residuos que se hacen en el propio El Cabril.   Actualmente se ha completado la sección 1 de la celda 29,  y se encuentra en operación la sección 1 de la segunda de las celdas autorizadas, la celda 30.

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) ha declarado muchas veces que el almacén de El Cabril está en un lugar no apropiado para su función: una zona de alto valor natural, un medio geológico heterogéneo, anisótropo y fracturado con cierta actividad sísmica, y alejado de las instalaciones que originan los residuos.  Los problemas hidrogeológicos se añaden a todas las razones para no aumentar su capacidad de almacenamiento.

MOVIMIENTO IBÉRICO ANTINUCLEAR









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